Hace unos dias, estaba intentando perderme por las calles de mi ciudad (creerme, es dificil esto en mi ciudad...), y me encontré con una manifestación. No de estas que se llevan ahora multitudinarias y con muchas ganas de quemar a alguién en la hoguera; era un grupo de personas (15 o 20) que se manifestaban en contra de la violencia de genero.
La verdad es que lo normal es que hubiese pasado de largo, sin más, pero me paré. Y me quedé.
Tras un vistazo, me di cuenta que la mayoría de la gente eran personas mayores. " Ya está" pensé "el típico grupo de viejos que se aburre y decide manifestarse, como hace un buen día y ya le dimos de comer a las palomas por la mañana ...".
Estaba yo en estas cuando se me acercó el tipico viejecillo que podría ser mi abuelo o el tuy@, y me dió los buenos dias. Mantuvimos unos minutos de correcta (y típica) conversación, hasta que me preguntó:
_ Sabes porqué estamos aquí?
_ ... supongo que si (y yo pensando por donde me iba a salir ahora el señor...)
_ Porque en la calle es el único sitio donde nos escuchan, hijo, tanto a ti como a mi.
Realmente no valoré lo que acababa de decir hasta despedirme de él, pero tenía mas razón que un santo. Solo en la calle podemos hacernos escuchar, mostrar lo que nos disgusta (o gusta, aunque esto se hace menos), que quién supuestamente nos gobierna sepa que seguimos ahí, y que si están ahí es por nosotros.
Eso es el pueblo, y ese es su poder. Y eso es cada uno de nosotros, y nuestro poder.
Por eso me encantan las calles...
